domingo, 2 de octubre de 2011

Un primer día más que peculiar.

Todos estábamos preparados para la legada del que sería nuestro nuevo profesor de economía política II, nos habíamos distribuido en la clase mediante pequeños grupos establecidos basados en las relaciones que se habían forjado durante el curso anterior.
Mi grupo, al que ya conozco lo suficiente parecía nervioso, creo que todos nos preguntábamos cómo sería la segunda parte de esta asignatura que tanto nos había gustado en el primer año. Nuestro antiguo profesor daba la materia de una forma muy suya, peculiar y amena. No era un profesor amante de los guiones ni de los libros, ni tampoco aprobaba que una asignatura se debía aprobar hincando codos , como muchos otros. Él buscaba que aprendiésemos de una manera más amena y que lo hiciésemos porque estábamos motivados. Por eso, temíamos la manera en la que este año deberíamos aprender economía.

Por fin nuestro nuevo profesor apareció en la clase, parecía, lo que nosotros los alumnos calificaríamos como " un profe simpático" . Lo primero que quiso hacer , no fue mostrar su carta de presentación, ni el programa en base del cual trabajaríamos durante el cuatrimestre, si no que se centró en los grupos que ya habíamos establecido, y empezó a separarlos a su gusto, creando a su vez otros diferentes, con el fin de no encerrarnos en lo ya conocido, si no provocarnos para que conociésemos aquello que nos era aún desconocido, a esos nuevos compañeros con los que aún no nos habíamos relacionado. Y el experimento pareció funcionar, pues después de decirnos cual iba a ser nuestra primera tarea ( dialogar sobre las experiencias educativas positivas vividas hasta ahora) todos nos animamos y empezamos a relacionarnos con los miembros de nuestro nuevo grupo asignado, quizás fue más fácil porque el tema nos agradaba en cierto modo.[ No creo que hubiésemos estado tan animados si el tema hubiese sido las subidas y bajadas de la bolsa, sinceramente.]
Se podía percibir que lo que más valorábamos como alumnos era la forma en la que nos enseñaban, premiando a aquellos profesores que te hacen amar su asignatura aunque no te guste especialmente, o la hacen más amena motivándonos a aprender de una manera distinta. En segundo lugar, nos preocupamos por las relaciones, tanto entre compañeros como con los profesores, y seguidamente en el entorno en el que trabajamos y en el que convivimos. 
También hablamos sobre las cosas negativas, castigando duramente a aquellos profesores que no nos ayudan  o dificultan aún más la tarea de aprender con sus medios poco productivos, también criticamos la intolerancia , tanto de los alumnos como de profesores, la mala administración de la universidad y algunos otros aspectos.
Después de exponer esos puntos negativos y positivos, Roberto, nuestro profesor, nos pidió que buscásemos soluciones a esos problemas que habíamos encontrado, y de esa forma volvimos a hablar entre nosotros exponiendo posibles soluciones según el punto de vista de cada uno. 
Y finalmente, pusimos en común todo aquello que los diferentes grupos habíamos trabajado, dándonos cuenta de que la mayoría coincidía en aquellos puntos recopilados en común. Roberto fue anotando lo más característico y después nos mandó una nueva tarea individual, que sería la de exponer un ensayo de una manera que creo ninguno imaginábamos, mediante un blog
Fue una medida que creo agradó a la mayoría ¿ por qué no utilizar las nuevas tecnologías para trabajar de una forma más cómoda y participativa? , la verdad es que es una medida que no se me hubiese ocurrido, pero creo que podrá ser realmente útil, no sólo para trabajar, si no para conocernos los unos a los otros, que según mi punto de vista es lo que nuestro nuevo profesor quiere ayudarnos a conseguir.

No se si la forma de trabajar siempre será parecida a esta, pero si es así, creo que quizás pueda llegar a gustarme la economía.


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